Supongo que todos tenemos un antes y un después en nuestras vidas. El mío vino en el verano de 2012 cuando me di cuenta que algo dentro de mi estaba despertando demasiado interés.
Si chavales, se llamaba rap. Hacía un par de años que lo escuchaba pero ese verano fui a más.
Y.. ¿Cómo? Pues mi hermanito Vaqué me vino con la broma de que se iba a hacer rapero y que había empezado a escribir canciones. Yo me reí, mucho.
Luego me di cuenta que la cosa iba enserio cuando me cantó la primera canción escrita por él. Ahí fue cuando le dije... ¿qué cojones? ¡está guapo!
Lo que vino después fue de película. Nos miramos (esa típica mirada cómplice con tu coleguita de toda la vida) y me soltó un... tío, si te mola, ¿por qué no hacemos esto juntos? Échale huevos que tú escuchas un montón de rap y seguro que no lo harías tan mal.
Al principio dudé porque me daba vergüenza que se riesen al no tener la suficiente autoestima ni nivel para cantarle a mis colegas pero cómo Vaqué me había animado, dije de una joder.
Total, que acabamos formando un grupo. Primero se llamó C.Swing pero no teníamos canal de YouTube, redes sociales ni nada por dónde nos podían seguir. Dos años después, le cambiamos el nombre a SMK (Soñando Muy Karo) y decidimos ponernos en serio. La verdad es que teníamos mucho potencial como grupo y las visitas empezaron a subir como la espuma, llegando a conseguir en 3 semanas 15.000 visitas orgánicas en un videoclip realizado por Ferran Rovi. Pero todo se fue a la mierda en mayo de 2016 cuando por cosas de niñatos, Vaqué y yo nos peleamos y él decidió borrar la cuenta de Instagram y el canal de YouTube.
A raíz de todo esto, me desmotivé que flipas y dejé de subir musica a las redes casi 3 años,(seguía escribiendo por desahogo y mucho). Hasta que en enero de 2019 decidí retomar mi carrera musical y más tarde este proyecto.
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